
Papás y mamás del mundo, dejad de pegarme la brasa con la maravillosa experiencia de la maternidad y la paternidad. Abandonad ese proselitismo que os sienta tan mal. No tengo nada en contra, incluso puedo echar un vistazo a vuestros vástagos sin experimentar excesivo repeluz. Respeto vuestra opción, como no puede ser de otro modo, pero respetad la mía y la de los que son como yo. Los tópicos son siempre repugnantes, y decir que me estoy perdiendo una gran experiencia vital es decir poco o nada ¿Y la que os perdéis vosotros? No voy a caer en vuestros mismos errores y, por tanto, no abundaré en la experiencia que supone enfrentarse a esta vida (la única que tenemos) sin las excusas morales de la familia, los hijos y la esperanza en un mundo mejor y todo ese montón de mierda. Y, por favor, en restaurantes, reuniones y demás eventos donde todos no son como vosotros, dejad de comentar los precios de papillas, las anécdotas infantiles y las variedades de pañales. Os juro que es aburridísimo. Parece que os estéis convenciendo de algo de lo que no estáis demasiado seguros. Mal de muchos, consuelo de tontos.
És el preu que em de pagar la gent que busquem el sentit de la vida en nosaltres mateixos i no en els altres a través de la procreació
ResponEliminaHi estic del tot d'acord...
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