Blues
del cementerio
Conozco
un pueblo –no lo olvidaré–
que
tiene un cementerio demasiado grande.
Hay en
mi tierra un pueblo sin ventura
porque
el cementerio es demasiado grande.
Sólo
hay cuarenta almas en el pueblo.
No sé
para qué tanto cementerio.
Cierto
año la gente empezó a irse
y en
muchas casas no quedaba nadie.
El año
que la gente empezó a irse
en
muchas casas no quedaba nadie.
Se
llevaban los hijos y las camas.
Tenían
que matar los animales.
El
cementerio ya no tiene puertas
y allí
entran y salen las gallinas.
El
cementerio ya no tiene puertas
y
salen al camino las ortigas.
Parece
que saliera el cementerio
a los
huertos y a las calles vacías.
Conozco
un pueblo. No lo olvidaré.
Ay, en
mi tierra sin ventura,
no
olvidaré a mi pueblo.
¡Qué
mala cosa es haber hecho
un
cementerio demasiado grande!
Antonio Gamoneda, Blues castellano