16 d’agost 2016

Els llibres i els temps


«En cuanto a los argumentos contra el libro electrónico, los encontramos por doquier. Supongo que también encontrarían los suyos los que a finales del XV ponían pegas a los libros impresos a cuenta de, por ejemplo, el penetrante olor de la tinta. O quizás los que recelaban —y eran muchos— de que un mismo libro pudiera estar en "manos de personas muy diferentes al mismo tiempo", por emplear la estupenda expresión empleada por William Caxton, el impresor de Los cuentos de Canterbury (1476), la primera obra impresa en Inglaterra.»

Manuel Rodríguez Rivero, a l’article El nada aséptico olor de los libros (Babelia, El País, 08.01.2015)