“El fundamentalismo cristiano es fascinante. Lo sé porque me crié en el sur.
Esa gente de verdad cree que el mundo tiene mil doscientos años de edad. Os lo
juro por Dios. «¿En qué os
basáis?», pregunté. «Bueno,
contamos a toda la gente de la Biblia y fuimos sumando sus edades hasta Adán y
Eva: mil doscientos años». Su puta madre, qué científico, genial. No sabía que
os habíais tomado tanto trabajo. La hostia. ¿Ustedes creen que el mundo tiene
mil doscientos años de edad? «En
efecto». Bueno, tengo solo una pregunta que hacer, ¿en una palabra, puede ser? «Ajá». Dinosaurios. Según vosotros el
mundo tiene mil doscientos años de edad, y como los dinosaurios existieron en
ese lapso de tiempo, supongo que deberían estar mencionados en la puta Biblia
en algún momento: «Y he aquí que Jesús y sus discípulos caminaron hasta
Nazaret, pero el camino estaba bloqueado por un gigantesco brontosaurio… que
tenía una astilla clavada en la pata. Y los discípulos corrieron berreando: “¡La hostia puta, qué lagarto enorme,
oh, mi Señor!”. Pero Jesús no se amedrentó y arrancó la espina de la pata del
brontosaurio y el lagarto enorme se hizo su amigo. Y Jesús lo envió a Escocia,
donde viviría en un lago durante siglos, propiciando que miles de turistas
estadounidenses trajeran a sus putas familias gordas y su dinero. Y Escocia
agradeció al Señor. Gracias Señor, gracias Señor».”
Bill Hicks, a
l’article de Ricardo Jonás G. Bill Hicks:
La risa y la rabia (Jot Down Magazine, juliol 2018)
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada