03 de desembre 2013

Llibre, llibres, llibre...



«Los libros son una molestia desesperante; una biblioteca de apenas unos cuantos miles de volúmenes ancla a un hombre a una casa porque mudarlos sería una molestia inmensa. Yo mismo enfrenté la penosa prueba de una mudanza y, sin importar cuánto me concentrara en la realidad, mi mente se estancaba en los cálculos temibles de los anaqueles a los que podría aspirar en la nueva casa. ¿Será necesario sumergirme en el horror de un almacén, un infierno para los libros, en el sótano?; o —la esperanza se niega a morir— ¿será posible imaginar algún nuevo arreglo que me permita localizar cualquier tomo en un parpadeo? Lo que nunca puedo hacer es deshacerme de algunos libros o renunciar a comprar más. Supongo que eso es lo que en verdad significa ser un coleccionista de libros.»

Robertson Davies, a l’article El coleccionista (La Gaceta del fondo de cultura económica, núm. 510, juny 2013)