Sueño y otras ratas
Son las mañanas
actos eróticos travestidos,
cunas saltando
como tigres falsos hacia la cara,
trapecistas
borrachos buscando vientres esponjosos.
Los primeros
instantes del día no son segundos,
son pérdidas de
serpiente
que nos empujan
hacia una brecha
sin saber muy
bien cómo, dónde o porqué.
Y se nos ocurre,
aunque sólo sea
por un instante,
que al otro lado,
quizá, estemos del revés
esperándonos a nosotros
mismos,
recién nacidos.
Marta Fuembuena Loscertales, Iniciación
de los muros
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