«Pero
si escribes tienes una sensibilidad particular, el escritor tiene como una
película muy sensible, una película fotográfica. Es un momento en el que la
memoria olvida, pero la percepción es altísima. La cantidad de cosas que
percibimos de la realidad cuando somos niños es enorme. Los detalles, los
olores… Si además tienes este tipo de sensibilidad, almacenas muchísimos
colores, sensaciones, esquemas mentales, que son suficientes para toda la vida,
no tienes espacio para más. Y así toda la vida buscas volver a esas
sensaciones. Por ejemplo, si has experimentado la felicidad en el reflejo de la
luz en un charco, luego buscas esa misma felicidad toda la vida.»
Alessandro
Baricco,
a l’entrevista d’Íñigo Domínguez (Jot Down Magazine, agost 2017)
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