«(...) el vecino
de asiento le cuenta que su padre, en su lecho de muerte de Rutherford, le dijo
que en otro tiempo creyó en muchas cosas, pero al final fue desconfiando de
ellas para quedarse con una única y definitiva fe: la de creer en una ficción
que se reconoce como ficción, saber que no existe nada más y que la exquisita verdad
consiste en ser consciente de que se trata de una ficción y, aun así, creer en
ella.»
Enrique Vila-Matas, Mac y su
contratiempo
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