17 de maig 2007

By pass


Conéctame a la máquina de los marcianos del corazón. Recórtame por favor las impurezas que habitan entre mis orejas de lobo estepario podrido. Vuelve a mostrarme tus pezones de reina de Saba bajo la sombrilla de piel de cordero. Mírame con los ojos de bronce bruñido sobre brioso corcel ricamente enjaezado. Transvásame tu saliva para que pueda cantar bajo la lluvia. Muéstrame el camino, el proceloso mar que habita tras tu puerta de servicio. Los cuadros ya no son un marco incomparable si no me miras con un poco de tu lengua de fuego. Has perpetrado desgarro en mis entrañas y mi venganza se concreta en sed de justicia, en una sed interminable que sólo se calma con el paso de un tren de medianoche, con el temblor de la catástrofe natural de nuestros movimientos sísmicos, de nuestros cuerpos del delito.