«Si robar una biblioteca es llamar la atención sobre las
clausuras que encierran a la cultura, incendiar los libros usados es querer
hacer ver bajo esa luz brutal, el misterio del valor. Así, el robo es la
metáfora de una lectura ilegal, desacreditada, que en la transgresión encuentra
el acceso y la posibilidad de apropiación; mientras que en el intento de incendiar
la librería, el fuego vendría a echar luz para ayudar a ver y a destruir
simbólicamente el mal (económico) que disuelve la cultura.»
Ricardo Piglia, a
l’introducció de El Juguete Rabioso
de Roberto Arlt
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