«Pero cuando ya
nada subsiste de un pasado antiguo, cuando ha muerto la gente y se han
estropeado las cosas dispersas, solos, más frágiles, más vivos, más
inmateriales, más persistentes y más fieles que nunca, el olor y el sabor
perduran mucho más, como las almas, y recuerdan, y aguardan y esperan, sobre
las ruinas de todo, y soportan sin doblegarse, en la minúscula e impalpable
gota de su esencia, la enorme estructura del recuerdo.»
Eliot Weinberger, Rastros
kármicos (a Las Cataratas) [traducció d'Aurelio Major]
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada