«Las proezas de
estas editoriales independientes apenas son noticia. El ruido mediático
prefiere ocuparse de la muerte del libro (de la que algunas luminarias parecen
haberse alegrado antes de tiempo) y del avance del libro digital (en realidad
tan menguante que están haciendo el ridículo los profetas de las nuevas
tecnologías), pero no presta atención a la batalla de ciertas librerías y
editoriales en su lucha por evitar la incultura que se nos va cayendo encima. A
ese vacío cultural nos llevan, entre otros, algunos editores manejados por
directivos que extraen peregrinas teorías de lo que los lectores quieren
consumir (ver artículo de Malcolm Otero Barral en Letras libres de
este febrero) y deciden, por ejemplo, que ahora toca
leer thrillers lapones porque pueden parecer suecos. “A Kafka no le
publicarían hoy en día”, acaba de decir el histórico editor André Schiffrin
en Le Nouvel Observateur. A tanta calamidad habría que añadir que
quienes propagan que se ha perdido la paciencia para la lectura pausada e
inteligente son solo en realidad unos conocidos zoquetes que nunca leyeron
nada.»
Enrique Vila-Matas, a l’article O’Brien
sigue vivo (El País, 19.02.2013)
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada