06 d’octubre 2015

Més sobre els pròlegs


«Me encantan los prólogos. Escribiría un libro formado solo por el prólogo. Para qué demorarse hasta que transcurran doscientas páginas. Un prefacio en ocasiones es ya demasiado. Søren Kierkegaard ensayó algo así hace doscientos años. Escrito bajo el seudónimo Nicolaus Notabene, Prólogos es un libro que incluye ocho prólogos, precedidos de un prólogo, que no tratan de nada, y que lo son de libros que no existen. No hay tema alguno en ellos. Notabene es un bromista, y maneja la idea de que “escribir un prólogo es como tocar a la puerta de una casa y luego echarse a correr”, dice, de modo que cuando el lector abra no encuentre a nadie. “Un prólogo —añade— es un estado de ánimo. Escribir un prólogo es como afilar la hoz, como afinar la guitarra, como hablarle a un niño, como escupir por la ventana. Uno no sabe cómo ni cuándo las ganas se apoderan de uno, las ganas de escribir un prólogo, las ganas de estos leves sub noctem susurri”.»


Juan Tallón, a l’article Adoro los prólogos, aunque los aborrezco (Jot Down Cultural Magazine, 26.02.2015)