MEMORIA
Tan sólo recuerdas
el aire verde entre las hojas de los avellanos,
la mano pellizcando la alegría
de ser niño siempre,
una tarde y otra,
pues el tiempo no existía todavía y la muerte
- la muerte era una columna eléctrica
donde se posaban, solemnes, los pájaros.
Tan sólo recuerdas
el aire verde entre las hojas de los avellanos,
la mano pellizcando la alegría
de ser niño siempre,
una tarde y otra,
pues el tiempo no existía todavía y la muerte
- la muerte era una columna eléctrica
donde se posaban, solemnes, los pájaros.
Xuan Bello, La vida perdida
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