A APOLO MUSAGETA
Un inmenso dolor
quiere ser canto.
En la orilla celeste del paisaje.
En la orilla celeste del paisaje.
Coronado de
olivos suplicantes
¡Oh Dios, arrodillado, yo te invoco!
¡Oh Dios, arrodillado, yo te invoco!
Intento comunicar
tus ojos fríos,
tus sienes de platino inaccesible.
tus sienes de platino inaccesible.
Voy vestido de
negro, rosas negras
ofrezco a tus sublimes manos puras.
ofrezco a tus sublimes manos puras.
Tú que fuiste
pastor, mírame esclavo
por senderos que pisan los corderos.
por senderos que pisan los corderos.
Domina mi temblor
con tu inmutable
sonrisa que refleja el horizonte.
sonrisa que refleja el horizonte.
Las nubes
lentamente me traspasan,
me muevo en un silencio desolado.
me muevo en un silencio desolado.
¡Incéndiame de
espadas y de gritos
y mira cómo sufro entre tus labios!
y mira cómo sufro entre tus labios!
Juan Eduardo Cirlot, Árbol
agónico
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