11 d’abril 2024

Grandesa del fracàs


 

«Mi opinión personal es que lo que yo había escrito nunca había resultado tan bueno como yo quería, o esperaba, que fuera; esa es la razón de que el escritor escriba otro libro. Si uno escribiera un solo libro y resultara ser todo lo que uno esperaba de él, probablemente dejaría de escribir. Pero no es el caso, así que vuelve a intentarlo y empieza a pensar en su obra como una larga sucesión de

fracasos. Quiero decir, es lo mejor que pudo hacer, pero ninguna llega a la perfección, que es a lo que aspira, y todo lo que no sea la perfección es un

fracaso. Se me pidió que valorara a mis contemporáneos, a Hemingway, Dos Passos, Caldwell y Thomas Wolfe, y dije que no podía, porque creía que ellos, como yo, pensarían que sus obras habían resultado fallidas; y que la única forma que tenía de valorarlos era en términos de la magnificencia de ese fracaso. Así que coloqué a Wolfe en primer lugar, porque fue el que más se

esforzó en realizar lo que sabía que no podía conseguir. Me puse a mí mismo en segundo lugar, porque intenté casi tanto como Wolfe lo que no podía hacer. Y puse a Hemingway el último porque se había dado cuenta, muy pronto, de lo que era capaz de hacer y se había atenido siempre a ese patrón. Esta opinión mía no tenía nada que ver con el valor de la obra, sino únicamente con lo que yo llamaría la magnificencia, la grandeza del fracaso.»

 

William Faulkner, León en el jardín [traducció d’Antonio lriarte]