04 d’octubre 2012

Un enorme escorxador



«En cuanto a nuestra dignidad, sospecho que, como siempre, está en apuros. No quiero parecer cínico; sencillamente, desconfío del humanismo y abomino de los reformadores. Me interesa la aventura del hombre concreto que se enfrenta a lo que le rodea, y que encuentra en su actitud ante la vida motivos para seguir siendo justo, honrado y, por qué no decirlo, bueno. Al fin y al cabo, y a pesar de todo, el misterio último no es la maldad, sino la bondad, su existencia palpable. El mundo es un enorme matadero lleno de personas buenas, objetivamente buenas.»

Ricardo Menéndez Salmón, a l’entrevista de Xavi Ayén (La Vanguardia, 02.10.2012)