01 de juny 2007

Historias perversas (10)


"Me encanta el olor del Napalm por la mañana"
Robert Duvall (a Apocalypse now)
Sobre Allen Broth, veterano de Vietnam, conocido como Heapshit (Montón de mierda) por sus compañeros de la tristemente famosa Matanza de My Lai (1968), circularon rumores no confirmados acerca de su afición a comer niños asados tras las incursiones de su pelotón. Herido grave en combate, regresó a Shelby (Montana), su ciudad natal, donde la leyenda le precedió. Marginado y proscrito como tantos otros, optó por refugiarse en las montañas. Mary Abby White, tercera hija de un pastor protestante, que fuera compañera de instituto de Allen, se dedicó a localizarlo hasta que encontró la modesta cabaña en un claro. Su intención original era darle consuelo espiritual. No obstante, también le excitaba ver de cerca de alguien que personificaba los sermones sobre el diablo y sus peligros, a los que su padre era tan aficionado. Él la hizo pasar cerca del fuego y allí, tras unas pocas palabras, se precipitaron los cuerpos y las ansias. Los encuentros se sucedieron y Mary Abby nunca le preguntó por su presunta antropofagia, aunque le encantaba que la comiera.