A veces el mundo se me antoja un lugar desconocido. Deambulo por las calles, desarrollo actividades cotidianas y no puedo dejar de sentir una distancia abismal con lo que me rodea. Un desarraigo difícil de explicar. Supongo que es un sentimiento humano más o menos común. Observas a los congéneres como si fueran un conjunto de autómatas, formando parte de un atrezzo que llena el vacío y adorna las calles y los edificios. No se trata de un sentimiento de superioridad, ni nada parecido a saberse el único habitante de la tierra. Solamente te sientes como un perro asomado al balcón de los hombres. Y no entiendes nada.
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1 comentari:
... como un perro asomado al balcón de los hombres.
Demolidor. Felicitats.
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